¿Crees que puedes huir así? El coche es precioso, eso sí, pero ¡joder¡ no creo que llegues muy lejos, ya tiene unos años y en cualquier momento te deja tirado. Te has montado en el Cadillac y te has echado a la carretera, pero no a una autopista llena de vida ¡qué va! a deambular por caminos desérticos donde tu único compañero es un horizonte desolado. Si así es como te sientes mejor ¡huye, déjalo todo y viaja sin destino! Si ni siquiera sabes de que tienes miedo, ¿de qué huyes? Te asustas. Vuelves a acelerar, no importa. Estás totalmente solo y volando sobre el destrozado asfalto, nadie te ve. El Sol de poniente te deslumbra, te da de frente en la cara y no ves nada. Sabes que te diriges al oeste, seguro que puedes seguir durante horas por este camino y no ver a nadie. Solo el mar te frenará, eso si el coche aguanta.
Además te acompaña una vieja guitarra desafinada y con alguna cuerda rota que ocupa el asiento trasero. Nunca supiste tocarla como se merece, dejaste que envejeciese como tus esperanzas de triunfar en la música. Apartas la vista de ella y la carretera vuelve a atrapar tu atención. El apocalíptico horizonte te atrae y te sientes bien con el folk que está sonando en la radio. Por fin, ¡llevabas días sin sonreír! te sientes bien.
Y como es de esperar la oscuridad lo absorbe todo. Solo se resiste algún moribundo punto en el horizonte, que se pierde junto las estrellas, y los faros del coche que abren paso entre las tinieblas.
Vale, no te asustes, pero la gasolina se acaba y apenas avanzarás algún kilómetro más. ¿No estás cansado? Venga será mejor que pares en cualquier lugar y duermas un par de horas. Por cierto , ¿desde cuándo no duermes? Aquí mismo está bien, si total esto está desierto, nadie te molestará.
Además te acompaña una vieja guitarra desafinada y con alguna cuerda rota que ocupa el asiento trasero. Nunca supiste tocarla como se merece, dejaste que envejeciese como tus esperanzas de triunfar en la música. Apartas la vista de ella y la carretera vuelve a atrapar tu atención. El apocalíptico horizonte te atrae y te sientes bien con el folk que está sonando en la radio. Por fin, ¡llevabas días sin sonreír! te sientes bien.
Y como es de esperar la oscuridad lo absorbe todo. Solo se resiste algún moribundo punto en el horizonte, que se pierde junto las estrellas, y los faros del coche que abren paso entre las tinieblas.
Vale, no te asustes, pero la gasolina se acaba y apenas avanzarás algún kilómetro más. ¿No estás cansado? Venga será mejor que pares en cualquier lugar y duermas un par de horas. Por cierto , ¿desde cuándo no duermes? Aquí mismo está bien, si total esto está desierto, nadie te molestará.
El Sol vuelve a ganar la batalla del día y consigue que me levante. Salgo del coche ¡qué libertad, me siento tan salvaje! Pero sin querer vuelvo a recordar y me siento peor que nunca, las imágenes se lanzan contra mí y me sacuden violentamente.
Recuerdo cuando esas lágrimas se deslizaban y vacilaban por su cara perfecta. Y la vi sufrir pálida, pero delicada como siempre. Sentí la necesidad de atraparla, retenerla en mis brazos y no dejarla escapar. Por un instante pensé que así nunca desaparecería, pero empezaba a escurrirse y abrazaba el aire que se resbalaba entre mis manos. Era agua entre los dedos. Mis brazos no resistían, no podían luchar. Era incapaz de mirar a unos ojos moribundos que reclamaban vida. Dos luces negras que se me clavaban suaves diciéndome adiós. Aparté la mirada y la clave en el infinito, me asusté ante la inmensidad.
La apreté contra mi pecho, más fuerte porque sabía que se marchaba, que firmaba su historia y escribía fin en letras negras. Y ella también estaba asustada, así que le susurré con delicadeza que no pasaba nada, que nadie le soltaría de mi abrazo ¿Y qué más pude hacerle? Un beso de remedio, inútil, pero un recuerdo lleno de vida que se fue posado en sus labios.
La apreté contra mi pecho, más fuerte porque sabía que se marchaba, que firmaba su historia y escribía fin en letras negras. Y ella también estaba asustada, así que le susurré con delicadeza que no pasaba nada, que nadie le soltaría de mi abrazo ¿Y qué más pude hacerle? Un beso de remedio, inútil, pero un recuerdo lleno de vida que se fue posado en sus labios.
Después sentí tanto miedo que tuve que huir, no quería ver a nadie. Se me ahogaba la vista en lágrimas, mi mente se hundía en miedos y el pecho recibía una envestida llena de tristeza. ¡Madre mía! ¿Y yo qué hago?
Miro mi cara reflejada en el cristal de la ventanilla y me dejo atrapar por un rostro maltratado.
Te fijas y todo parece tan fácil de demoler. Como un montón de fichas de dominó basta que caiga una para que se derribe el pequeño mundo del que dependes. No es perfecto, la verdad... puedes encontrar más defectos que cualidades, pero es tuyo.
Cojo la vieja guitarra y sentado sobre el capó comienzo una melodía desafinada, que aparentemente irrita, pero que rebosa fuerza. Empiezo tímidamente, con un hilo de voz que sale susurrando de mis labios, pero al verme solo no me importa gritar e improvisar versos que huyen veloces de mi mente y se pierden retumbando en el aire. Versos que resultan la mejor terapia para liberarme, aunque muchos pierden el sentido al ser dichos, y que con los desafinados y tristes acordes, que se mezclan con el eco que me devuelve el horizonte, suenan a canción desesperada.
Te fijas y todo parece tan fácil de demoler. Como un montón de fichas de dominó basta que caiga una para que se derribe el pequeño mundo del que dependes. No es perfecto, la verdad... puedes encontrar más defectos que cualidades, pero es tuyo.
Cojo la vieja guitarra y sentado sobre el capó comienzo una melodía desafinada, que aparentemente irrita, pero que rebosa fuerza. Empiezo tímidamente, con un hilo de voz que sale susurrando de mis labios, pero al verme solo no me importa gritar e improvisar versos que huyen veloces de mi mente y se pierden retumbando en el aire. Versos que resultan la mejor terapia para liberarme, aunque muchos pierden el sentido al ser dichos, y que con los desafinados y tristes acordes, que se mezclan con el eco que me devuelve el horizonte, suenan a canción desesperada.